Parece que la inactividad veraniega ha llegado hasta mis manos, sin publicar durante más de un mes. Realmente no es así, no me apetece ser repetitivo, habiéndolo sido en algún momento, por lo que me decido en esta entrada a no hablar tanto de economía y si algo más de la sociedad actual en la que vivimos; que desde mi punto de vista se encuentra se encuentra enferma por la abundancia del tener y se ha olvidado de ser.
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No sé muy bien cómo continuar, lo que viene a mi mente es el olvido de la cultura del esfuerzo, del sacrificio. Todos aquellos esfuerzos inimaginables que hicieron nuestros padres y abuelos parecen baldíos con el transcurso del tiempo; seguro que a todos nos viene a la mente hechos increíbles que realizaron familiares nuestros para salir adelante en situaciones complicadas, de penuria o escasez y que sin duda lo consiguieron. Consiguieron crear un bienestar y una sociedad en la que no falta de nada, excepto cabeza para poder valorarlo y seguir ahondando en los aciertos; en cambio sólo se ha profundizado en el Carpe Diem absoluto, ya que este no es malo mientras se tome con mesura, también hay que disfrutar.
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La sociedad capitalista consumista en la que habitamos nos proporciona de todo, pero es al mismo tiempo esta cobertura de todas las necesidades la que nos ha hecho olvidarnos de lo que está bien y mal respecto a lo que nos rodea. No hablo de la pobreza y hambre en el mundo, de los problemas ecológicos o de la injusticia global; me temo que eso me supera a mí y a todos nosotros y es algo que ha estado ahí siempre y me temo que seguirá; aunque para solucionar o hacer algo no está de más que los altos mandatarios acudan a publicaciones como "El fin de la pobreza" de Jeffrey Sachs o similares que iluminan que camino habría que seguir.
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Yo me quedo en los problemas que nos rodean en nuestro día a día, en la pasividad a la hora de afrontar realidades que nos tocan. El ver como roban a tu carnicero cuando trabaja de sol a sol y hacer nada, no denunciar o intervenir en situaciones de injusticia. Aquí me voy a detener en el asociacionismo, los ejemplos son claros, la SGAE, los sindicatos, varias asociaciones de empresarios y más que me dejo en el camino. Ladrones legales vestidos con el dinero de todos nosotros que no cumplen el supuesto fin manifestado por ellos mismos. No protegen ni fomentan la cultura y a los artistas; pasan de los trabajadores y encima les roban en sus sueldos, finiquitos y demás, sin mentar como les compra el Gobierno cuando el paro está en cifras récord; o se dedican a pegarse grandes y magníficas comilonas, viajes y cochazos en vez de apoyar y fomentar las nuevas ideas o incipientes empresarios que pueden generar mucha riqueza para la sociedad. En fin esto escuece pero también se paga.
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Para terminar os dejo un par de enlaces, el primero una murga que fue la ganadora en el premio criticón este año, se me ponen los pelos de punta por las verdades que dicen; especialmente me parece espectacular y se me pone la piel de gallina del minuto 3:00 al 5:00. En segundo lugar la noticia dónde el presidente de Estado Unidos, Barack Hussein Obama, vende a España en El Cairo ante el mundo árabe como Al Andalus; poco a poco se van cumpliendo todos los pasos.
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